Todos sabemos que, con el covid, al cine, como espectáculo y/o negocio, le fue de los mil demonios. De hecho, las salas tuvieron que cerrar y apechugar meses y más meses de pérdidas. Y luego, cuando la gente empezó a volver a las salas, lo hizo a cuentagotas. Pero de que regresó, regresó.
Tanto que ahora, en 2025, todo parece indicar que el ir al cine ha vuelto a ser toda aquella divertidísima y emocionante aventura que era hace años. De hecho, ahora podemos afirmar, sin ningún género de duda ya, que “ir al cine” ha evolucionado de ser un simple medio para convertirse en toda una experiencia la que cada día asiste más y más gente de todos los niveles socioeconómicos y con reconocido poder adquisitivo. Y el medio que complementa a la perfección esa lucha comercial es el exterior.
La publicidad que, fuera de casa y de mil formas distintas, cumple con la misión de informar cuales cintas están en cartelera y en que salas. Cualquier mercadólogo experto en espectáculos sabe que el exterior cumple a la perfección la tarea de ganar publico dentro de los presupuestos fijados para ello.
Así hemos podido comprobarlo en el Tótem 2025, el estar viendo y evaluando los materiales inscritos a concurso por los diversos anunciantes: y es que esa categoría, la de espectáculos y diversión ha crecido ya para convertirse en la más numerosa en concurso. Se muestra prácticamente en todas las categorías, desde los espectaculares hasta el mobiliario urbano pasando por el Metro, los autobuses y otros para cumplir, de manera invariable, con los pronósticos de las taquillas.
No cabe duda de que los tiempos han cambiado: ahora la gente ya no se sienta a esperar que los mensajes publicitarios le lleguen, prefiere que estos se encuentren a donde ella va, le informen y que continúen con su labor en otro lugar. Pretender seguir con prácticas arcaicas a la hora de contratar medios es malgastar el dinero.
El cine y el exterior son dos claros ejemplos: no dejes de estar al tanto del Tótem 2025 querido lector.