El principal defecto de ya saben ustedes quien es su ignorancia en general. Y lo peor es que no lo reconoce. Con ese talante, una de las primeras decisiones que AMLO tomó fue decretar que el impuesto del fomento al turismo dejara de usarse con ese propósito para destinarlo, de forma íntegra, a la construcción del Tren Maya. Sin ninguna experiencia positiva al respecto, al señor se le olvidó que, para comer huevo rancheros, antes que nada hay que producir huevos.
Don López supuso que el turismo siempre iba a llegar, que esos ingresos jamás de interrumpirían y que su proyecto contaría con los recursos suficientes siempre. Y no ha sido así. No fue así ni en el Tren Maya, ni en Dos Bocas, ni en Santa Lucía, ni en muchos otros casos: el dinero se acabó en las limosnas que la 4T llama apoyos sociales y sin que se haya generado un solo empleo. Y como ya no vienen tantos turistas, porque no se les llaman, ahora ya no alcanza para todas las obras faraónicas que se le ocurrieron al presidente, empezando por el Tren Maya.
Y, entonces, al gobierno se le ha ocurrido la brillante idea de que siempre sí: que sí hay que hacer publicidad para que vengan otra vez los visitantes. Y al irse a revisar los antecedentes, los encargados de la 4T se han encontrado con lo que ya todos sabíamos: que el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), en los años del PRI, siempre existieron infinidad de maleantes se robaron todo cuanto quisieron: empezando por los Sopranos y Alejandra Lagunes y siguiendo con muchos, muchísimos más.
Así que, para corregir esas transas y para que el presupuesto para promocionar al turismo rinda todo lo que se requiera, lo primero que la gente de ya saben ustedes quien ha decidido, con un plumazo, terminar con la agencia de medios que fueron los que saquearon aquellos presupuestos tan magníficos. Ternurita. Estamos salvados: tan pronto se empiecen a comprar medios en todo el mundo, los convocados van a acudir en tropel a nuestro llamado. Porque no tenemos competencia: ya López Obrador dijo que México es tan bonito que es muy fácil promoverlo. Que con tantita lana que le pongamos ya la hicimos.
Solo queda una pequeña pregunta por responder: ¿quién va a hacer la contratación del caso y con qué estrategia?