Cada día que pasa el precio de las maxi-pantallas electrónicas baja: las que antes costaban un huevo y la mitad del otro ahora pueden adquirirse por unos pocos pesos. Y siguen bajando. Y los medios, viendo en ello la posibilidad de vender seis anuncios, cuando menos, en donde antes solo había uno, le están metiendo velocidad a eso de las sustitución de estructuras. Otras incluso han empezado a colocar pantallas de ese tipo en lugares donde antes no existían… ¡pero momento que las cosas no son tan fáciles!
En la historia reciente hay ejemplos de muchas y muy cuantiosas fortunas por creer que esas pantallas son enchiladas. O, como decía Cantinflas, por suponer que “este es aguacate y me lo embarro en mis teleras”. Pregúntale a Emilio Azcárraga Jean y a su corte de ineptos como les quedó el bolillo.
Sucedió que hará cosa de unos diez años Televisa se quiso pasar de vivo y compró e instaló pantallas, (que consiguió en un intercambio con LG), en todas las tiendas Walmart para intentar vender en ellas los tradicionales comerciales de entre 20 y 60 segundos. Incluso hicieron una gran presentación, a la que invitaron a los anunciantes, en el auditorio para clientes de Walmart, que es espectacular y muy grande… y todo resultó un gran fracaso.
Después de un año de estarle batallando y de bajarse todo, Televisa se tuvo que retirar con la cola entre las piernas y en medio del mayor mutis que te puedas imaginar; (el fracaso no tiene madre ni padre).
Lo que sí, que a la cadena de tiendas le sorprendió el resultado y pagó una muy buena investigación con el resultado obvio: cuando está haciendo otra cosa, (en este caso comprando), la gente no pela comerciales, ni aunque sean las ofertas de lo que tiene en la mano. Las pocas marcas que se animaron a probar al medio reportaron puros ceros de incrementos en ventas.
Después de Televisa otras dos empresas más intentaron rescatar el proyecto… y volvieron a fracasar. El experimento costó millones que pudo haberse ahorrado con una simple máxima: hay que saber hacer contenidos para publicidad exterior. Porque a todo lo que está fuera de su hogar, en cuanto a la publicidad se refiere, el público consumidor lo sigue considerando eso: publicidad exterior. Y hay reglas.